La lipoescultura no es adecuada para personas obesas porque no está diseñada como método de adelgazamiento, sino para esculpir un cuerpo con volúmenes moderados de grasa en pacientes con peso estable y buena elasticidad cutánea; en individuos con un índice de masa corporal (IMC) ≥30 kg/m², el riesgo de complicaciones postoperatorias—como seromas, infecciones y cicatrización deficiente—se incrementa hasta 3.5 veces, y además suele estar acompañada de comorbilidades, como la hipertensión arterial y la diabetes, que elevan aún más el riesgo de complicaciones, tanto en el quirófano como en el período de recuperación, y reducen la calidad del resultado estético.
